miércoles, 17 de octubre de 2012

MACHU PICCHU


LA HERENCIA DE LOS ABUELOS
Todas estábamos ansiosas, habíamos permanecido ya dos días en la ciudad de Cusco y solo esperábamos el gran día. Aquel en el que conoceríamos Machu Picchu, pues fue así como el tercer día llegó, nuestro guía el señor Jorge, nos explicaba la importancia de nuestro patrimonio pero mas allá de eso nos hizo entender que era la herencia que nos habían dejado nuestros abuelos, para nosotras era un gran honor conocer aquella ciudadela es por eso que escuchábamos con atención todas y cada una de sus palabras. Todo el recorrido eran gritos de emoción y todo lo que veíamos nos parecía a ver llegado a Machu Picchu, nos alocábamos tomando fotos; sin embargo nos faltaba todavía una hora para llegar. Esa hora nos parecía una eternidad pero con las sabias palabras del guía llegamos por fin a nuestro destino. Teníamos nuestro boleto y procedimos al ingreso. Al comienzo nos pareció algo difícil porque teníamos que subir y nos cansábamos con gran facilidad, pero luego nos fuimos acostumbrando y sin darnos cuenta ya estábamos ahí. Particularmente estaba muy feliz, me parecía mentira a ver llegado, era tan sorprendente, parecía una foto de Internet .Nos dieron un tiempo para tomarnos fotos pero mi ilusión era tan grande que no aproveche esos pocos segundos, así que decidí continuar con la explicación del tío Jorge (así era como le llamábamos de cariño). Pronto dieron las cuatro de la tarde pero parecían las siete, sonaban los truenos y comenzó a granizar, otra experiencia inolvidable, nos moríamos de frío pero corríamos y jugábamos con el granizo incluso seguíamos tomándonos fotos a pesar de que nuestras cámaras ya no funcionaban, muchas querían llegar en ese instante al hotel, pero lo que no sabían es que aún nos faltaba mucho, incluso cuando bajamos del bus tuvimos que caminar más porque el hotel se encontraba lejos, pero a pesar de todas las incomodidades estábamos juntas y eso era lo que realmente importaba. En la noche fuimos a misa pero lamentablemente ese día no iba a ver, así que teníamos que seguir con lo planeado y fuimos a cenar, porque Roberto (otro de los guías) nos había prometido que al concluir esta cena haríamos un concurso de baile, el cual consistía en formar un dúo, y la pareja ganadora se llevaría 400 soles. Fue entonces que participaron 7 parejas de las cuales solo quedaron dos finalistas Yarelis e Ingrid y Paola y yo, las ganadoras fueron Yarelis e Ingrid, lo hicieron muy bien y sobretodo nos hicieron pasar un buen rato. El día concluyó todas se quedaron totalmente dormidas como pudieron porque el hotel era algo incomodo y tenia un mal olor. Mi cuarto era solo de dos personas pero terminamos durmiendo seis chicas, porque algunas dormían en el quinto piso del hotel y tenían miedo subir. Queríamos regresar pronto al hotel de Cusco, así que nos levantamos muy temprano para tomar el tren, era el cuarto día y ya estábamos muy cansadas extrañábamos mucho Chiclayo sobretodo el clima, en Cusco era impredecible no sabíamos cuando iba a salir sol o cuando iba a llover, por lo que siempre cargábamos nuestra maleta con nuestro impermeable y nuestra casaca. Ese día nos tocaba compras, y todas queríamos llevar recuerdos a nuestros familiares y amigos, así que aprovechamos el tiempo lo más que pudimos y todo salió como lo planeamos. 
Si me preguntan que es lo que mas me gusto no sabría que decir, porque en realidad todo fue algo diferente, no se imaginan lo precioso que sería vivir en esa ciudad, una ciudad llena de cultura y muchas cosas que aprender, reconocida sobre todo por la generosidad de su pueblo y por conservar las costumbres primitivas de nuestros ancestros.





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